El simposio internacional La Etnohistoria: Fronteras Transdisciplinarias en la Producción del Conocimiento se desarrolló del 23 al 25 de abril de 2008 en la sede del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, en la ciudad de Sucre, después de dos años de esfuerzos para su conformación. Calificado de “simposio internacional e interdisciplinario” lo fue, en efecto, desde su organización, en la cual colaboraron historiadores, antropólogos, arqueólogos y archivistas de diferentes países e instituciones, quienes respondieron de manera amable y expedita a la convocatoria del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia (ABNB), el Instituto Francés de Estudios Andinos (IFEA), la Asociación de Antropólogos del Sur Andino (Asur, Bolivia), del CIESAS y la Universidad de Nuevo México-Latin American and Iberian Institute (UNM/LAII, Estados Unidos).
La etnohistoria se encuentra en la intersección de varias disciplinas (historia, antropología y arqueología en particular) que tienen cada una sus propios conceptos metodológicos y teóricos; a esta situación, de hecho, se suman las diferentes tradiciones o escuelas nacionales en la producción del conocimiento, lo que ha derivado en considerarla desde varias perspectivas. El objetivo del Simposio fue, en una primera instancia, reconocer las barreras y límites disciplinarios y nacionales que separan a los investigadores y sus instituciones, para traspasarlo y lograr un real avance interdisciplinario en la producción de la investigación etnohistórica. En segunda instancia, un tema recurrente de las ponencias, diálogos y las discusiones que se dieron abarcó los problemas éticos y políticos acerca del uso de los conocimientos generados y la participación de los mismos sujetos de estudio en el proceso de investigación.
El Simposio fue dividido en seis sesiones de trabajo: 1) la arqueología, la historia temprana y la antropología; 2) el coloniaje, las sociedades coloniales y la etnohistoria; 3) las tradiciones en la etnohistoria en las diferentes literaturas e idiomas y en las distintas tradiciones nacionales; 4) los pueblos indígenas, las tradiciones locales y el Estado nacional; 5) la historia contemporánea, el Estado y los pueblos indígenas; y 6) los archivos, las bibliotecas y la construcción de la memoria popular.
Como exponentes participaron arqueólogos, historiadores, etnohistoriadores, antropólogos y archivistas de Bolivia, México, Brasil, Chile, Argentina, Perú, Francia y Estados Unidos. Fueron organizadas tres mesas redondas de discusión, que incluyeron la participación del público: la primera trató sobre problemas metodológicos: “¿cómo compaginar los métodos de trabajo entre las diferentes disciplinas que confluyen en la etnohistoria?”; la segunda abordó “la participación de los sujetos de estudio en el proceso de investigación, la producción de ‘conocimientos útiles’ y las investigaciones iniciadas por las comunidades mismas”; la tercera y última fue dedicada a temas más generales que permitieron sacar conclusiones del simposio, como “la utilización de nuevas herramientas de análisis como la cartografía, los sistemas de información geográfica y el arte visual; el paisaje y el espacio como conceptos centrales para la etnohistoria”.
Los participantes coincidieron en considerar a la etnohistoria más como un terreno abierto y con un enfoque necesariamente multidisciplinario que como una disciplina en sí regida por métodos y corrientes propias de pensamiento. Fue necesario aclarar, en particular para el público universitario, que los conceptos de etnohistoria, etnología o antropología histórica, no se reducen a una simple “historia de indígenas”. En el transcurso del Simposio y de las discusiones, el tema de la participación de los sujetos en la investigación y, en particular, la apropiación por los sujetos de los resultados de las investigaciones para la producción de un “pasado útil” tomó mayor importancia que la prevista y se tornó en un eje central de las reflexiones. Esta importancia refleja una situación relativamente nueva en las ciencias sociales, que muestra que están cayendo las barreras entre académicos y sujetos de investigación, mediante la difusión y la apropiación de los conocimientos producidos.
El auditorio incluyó a los maestros docentes y los estudiantes de la licenciatura en historia de la Universidad San Francisco Javier, universidad estatal ubicada en Sucre, además de periodistas, investigadores registrados en el ABNB, los propios empleados de la institución y miembros interesados del público. Los asistentes inscritos para el Simposio así como los participantes con ponencia y los moderadores de las mesas y sesiones de trabajo, recibieron certificados de constancia. Los organizadores del Simposio reconocen y agradecen los apoyos financieros y profesionales, así como de coordinación organizativa al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, la asociación de Antropólogos del Sur Andino, al Instituto Francés de Estudios Andinos, al CIESAS y a la Universidad de Nuevo México, instituciones sin las cuales no hubiera sido posible llevarlo a cabo con los resultados y beneficios que ha rendido y que permite con esto iniciar un interesante grupo en torno al diálogo de nuestras respectivas disciplinas y no solamente cerrar un ciclo con un evento.
La etnohistoria se encuentra en la intersección de varias disciplinas (historia, antropología y arqueología en particular) que tienen cada una sus propios conceptos metodológicos y teóricos; a esta situación, de hecho, se suman las diferentes tradiciones o escuelas nacionales en la producción del conocimiento, lo que ha derivado en considerarla desde varias perspectivas. El objetivo del Simposio fue, en una primera instancia, reconocer las barreras y límites disciplinarios y nacionales que separan a los investigadores y sus instituciones, para traspasarlo y lograr un real avance interdisciplinario en la producción de la investigación etnohistórica. En segunda instancia, un tema recurrente de las ponencias, diálogos y las discusiones que se dieron abarcó los problemas éticos y políticos acerca del uso de los conocimientos generados y la participación de los mismos sujetos de estudio en el proceso de investigación.
El Simposio fue dividido en seis sesiones de trabajo: 1) la arqueología, la historia temprana y la antropología; 2) el coloniaje, las sociedades coloniales y la etnohistoria; 3) las tradiciones en la etnohistoria en las diferentes literaturas e idiomas y en las distintas tradiciones nacionales; 4) los pueblos indígenas, las tradiciones locales y el Estado nacional; 5) la historia contemporánea, el Estado y los pueblos indígenas; y 6) los archivos, las bibliotecas y la construcción de la memoria popular.
Como exponentes participaron arqueólogos, historiadores, etnohistoriadores, antropólogos y archivistas de Bolivia, México, Brasil, Chile, Argentina, Perú, Francia y Estados Unidos. Fueron organizadas tres mesas redondas de discusión, que incluyeron la participación del público: la primera trató sobre problemas metodológicos: “¿cómo compaginar los métodos de trabajo entre las diferentes disciplinas que confluyen en la etnohistoria?”; la segunda abordó “la participación de los sujetos de estudio en el proceso de investigación, la producción de ‘conocimientos útiles’ y las investigaciones iniciadas por las comunidades mismas”; la tercera y última fue dedicada a temas más generales que permitieron sacar conclusiones del simposio, como “la utilización de nuevas herramientas de análisis como la cartografía, los sistemas de información geográfica y el arte visual; el paisaje y el espacio como conceptos centrales para la etnohistoria”.
Los participantes coincidieron en considerar a la etnohistoria más como un terreno abierto y con un enfoque necesariamente multidisciplinario que como una disciplina en sí regida por métodos y corrientes propias de pensamiento. Fue necesario aclarar, en particular para el público universitario, que los conceptos de etnohistoria, etnología o antropología histórica, no se reducen a una simple “historia de indígenas”. En el transcurso del Simposio y de las discusiones, el tema de la participación de los sujetos en la investigación y, en particular, la apropiación por los sujetos de los resultados de las investigaciones para la producción de un “pasado útil” tomó mayor importancia que la prevista y se tornó en un eje central de las reflexiones. Esta importancia refleja una situación relativamente nueva en las ciencias sociales, que muestra que están cayendo las barreras entre académicos y sujetos de investigación, mediante la difusión y la apropiación de los conocimientos producidos.
El auditorio incluyó a los maestros docentes y los estudiantes de la licenciatura en historia de la Universidad San Francisco Javier, universidad estatal ubicada en Sucre, además de periodistas, investigadores registrados en el ABNB, los propios empleados de la institución y miembros interesados del público. Los asistentes inscritos para el Simposio así como los participantes con ponencia y los moderadores de las mesas y sesiones de trabajo, recibieron certificados de constancia. Los organizadores del Simposio reconocen y agradecen los apoyos financieros y profesionales, así como de coordinación organizativa al Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, la asociación de Antropólogos del Sur Andino, al Instituto Francés de Estudios Andinos, al CIESAS y a la Universidad de Nuevo México, instituciones sin las cuales no hubiera sido posible llevarlo a cabo con los resultados y beneficios que ha rendido y que permite con esto iniciar un interesante grupo en torno al diálogo de nuestras respectivas disciplinas y no solamente cerrar un ciclo con un evento.
Dra. Marcela Inch C. ABNB (Bolivia)
Dra. Isabelle Combès. IFEA (Bolivia-Perú)
Dra. Verónica Cereceda. Asur (Bolivia)
Dr. Antonio Escobar Ohmstede. CIESAS (México)
Dra. Cynthia Radding. University of New Mexico (Estados Unidos de América)
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