Tideland (2005, Canadá-Reino Unido)
Para el etólogo francés Boris Cyrulnik, autor del libro Los patitos feos. La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida (Gedisa, 2002), la resiliencia es la capacidad del ser humano para resistir y reparar las heridas psicológicas del sufrimiento. La película que hoy les recomiendo, fruto del descomunal ingenio de Terry Gilliam (El rey pescador, Brazil, 12 monos), se inspira en la premisa de la resiliencia psicológica.
Jeliza-Rose es una niña que ha tenido la mala fortuna de ser procreada por dos campeones olímpicos de la irresponsabilidad: inestables, violentos, drogadictos, flojos y un largo etcétera. Mientras su madre come chocolates en la cama y su padre experimenta un viaje de heroína, la niña pasa las tardes leyendo e inventando historias fantásticas de las que ella es protagonista; ésa es su manera de crear un mundo coherente y estable donde habitar.
Un buen día muere la madre de Jeliza. Convencido de que deben marcharse a tierras distantes en busca de una nueva vida (y temeroso de que la policía lo culpe por la muerte de su mujer), el padre viaja con la niña de Los Ángeles hacia Texas. Jeliza lleva consigo a sus amigas Sateen Lips, Glitter Gal, Mustique y Baby Blonde, unas cabecitas de muñecas con las que habla para hacerse compañía.
Al llegar a su destino, las cosas se complican muchísimo y más. Sin embargo, Tideland no es un culebrón para verse con una caja de pañuelos desechables al lado. Esta adaptación a la novela homónima de Mitch Cullin es impactante por lo opuesto. En situaciones que desarmarían a cualquiera, Jeliza-Rose se refugia en su mundo fantástico y encuentra en sus fantasías el sentido que le falta a la vida ordinaria.
¿Qué podría decirnos la antropología acerca de la resiliencia?, ¿qué estrategias utilizan las culturas para revertir el golpe de la adversidad?, ¿en qué relatos se refugian?, ¿qué explicaciones del mundo devuelven a cada grupo humano la alegría de vivir? Y nosotros, ¿en qué fantasía nos recreamos cuando el agobio o el dolor tocan a nuestra puerta?
Encontrará Tideland en el Tianguis Cultural del Chopo (sábados, a un costado de la biblioteca José Vasconcelos) o en Amazon.com. Le invito a conocer el sitio de la película: http://www.tidelandthemovie.com/
Para el etólogo francés Boris Cyrulnik, autor del libro Los patitos feos. La resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida (Gedisa, 2002), la resiliencia es la capacidad del ser humano para resistir y reparar las heridas psicológicas del sufrimiento. La película que hoy les recomiendo, fruto del descomunal ingenio de Terry Gilliam (El rey pescador, Brazil, 12 monos), se inspira en la premisa de la resiliencia psicológica.
Jeliza-Rose es una niña que ha tenido la mala fortuna de ser procreada por dos campeones olímpicos de la irresponsabilidad: inestables, violentos, drogadictos, flojos y un largo etcétera. Mientras su madre come chocolates en la cama y su padre experimenta un viaje de heroína, la niña pasa las tardes leyendo e inventando historias fantásticas de las que ella es protagonista; ésa es su manera de crear un mundo coherente y estable donde habitar.
Un buen día muere la madre de Jeliza. Convencido de que deben marcharse a tierras distantes en busca de una nueva vida (y temeroso de que la policía lo culpe por la muerte de su mujer), el padre viaja con la niña de Los Ángeles hacia Texas. Jeliza lleva consigo a sus amigas Sateen Lips, Glitter Gal, Mustique y Baby Blonde, unas cabecitas de muñecas con las que habla para hacerse compañía.
Al llegar a su destino, las cosas se complican muchísimo y más. Sin embargo, Tideland no es un culebrón para verse con una caja de pañuelos desechables al lado. Esta adaptación a la novela homónima de Mitch Cullin es impactante por lo opuesto. En situaciones que desarmarían a cualquiera, Jeliza-Rose se refugia en su mundo fantástico y encuentra en sus fantasías el sentido que le falta a la vida ordinaria.
¿Qué podría decirnos la antropología acerca de la resiliencia?, ¿qué estrategias utilizan las culturas para revertir el golpe de la adversidad?, ¿en qué relatos se refugian?, ¿qué explicaciones del mundo devuelven a cada grupo humano la alegría de vivir? Y nosotros, ¿en qué fantasía nos recreamos cuando el agobio o el dolor tocan a nuestra puerta?
Encontrará Tideland en el Tianguis Cultural del Chopo (sábados, a un costado de la biblioteca José Vasconcelos) o en Amazon.com. Le invito a conocer el sitio de la película: http://www.tidelandthemovie.com/
Mtra. Karla Paniagua
Egresada de la Maestría en Antropología Social CIESAS-DF
Profesora de la Universidad del Claustro de Sor Juana
kpaniagua@hotmail.com
Egresada de la Maestría en Antropología Social CIESAS-DF
Profesora de la Universidad del Claustro de Sor Juana
kpaniagua@hotmail.com
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