Bajo California: el límite del tiempo (México, 1998)
Un amigo me preguntó qué película elegiría si tuviera que coordinar una campaña de promoción de México en el extranjero. Mi primera alternativa sería la opera prima de Carlos Bolado, que hoy les recomiendo.
Damián Ojeda es un artista plástico estadounidense de raíces mexicanas, quien visita los murales rupestres de San Francisco de la Sierra en Baja California. A lo largo del camino, las motivaciones profundas del personaje se revelan y tanto Ojeda como los espectadores descubren la belleza y magia del lugar.
Bajo California: el límite del tiempo aborda asuntos universales como la culpa, el amor, el miedo a la muerte, el sentido de la vida. Su historia se desarrolla con el formato del road movie, ideal para narrar viajes existenciales.
Ojeda es artista y no está familiarizado con sus raíces mexicanas. Este doble carácter le permite experimentar el paisaje con ojos niños, haciendo de la visita algo único, fuera de lo ordinario; a lo largo del camino va instalando obras elaboradas con materiales de la zona, que se integran con armonía al entorno, en una fusión notable entre lo dado y lo nuevo. Eso es justo lo que el propio realizador hace con su película, observar el paisaje de todos los días con una perspectiva que lo renueva, ofreciéndonos la oportunidad de aprender.
Uno de los atributos más notables de la cinta es su potencial epistefílico, es decir, su capacidad para darnos a conocer algo que quizás no sabíamos. Aunque no es propiamente el caso, rescato el ejemplo de cómo una película de ficción podría contribuir a la divulgación de estudios antropológicos a través de historias que atrapen la atención del espectador. La idea no es nueva, pero considero que sigue siendo una asignatura pendiente.
Otra característica que rescato es que al término de la película, el espectador puede emprender su propia aventura, pues los escenarios en los cuales se desarrolla la historia son reales.
Cuando elegí este filme para mi campaña imaginaria, hice un poco de trampa. A pesar de que se conoce poco en México, Bajo California cosechó muchos premios nacionales e internacionales; su mérito es aún mayor considerando que fue realizada de forma independiente.
¿Por qué les recomiendo esta película? Porque la historia es estupenda, la experiencia visual que nos ofrece es muy rica, es una invitación para conocer México (incluso si ya ha visitado los murales de San Francisco de la Sierra) sin caer en el patrioterismo y presenta una historia compleja de forma amena.
Encontrarán esta película en los canales de venta y renta de costumbre.
Mtra. Karla Paniagua Ramírez
Egresada de la Maestría en Antropología Social (CIESAS-DF)
Profesora de la Universidad del Claustro de Sor Juana
kpaniagua@hotmail.com
Un amigo me preguntó qué película elegiría si tuviera que coordinar una campaña de promoción de México en el extranjero. Mi primera alternativa sería la opera prima de Carlos Bolado, que hoy les recomiendo.
Damián Ojeda es un artista plástico estadounidense de raíces mexicanas, quien visita los murales rupestres de San Francisco de la Sierra en Baja California. A lo largo del camino, las motivaciones profundas del personaje se revelan y tanto Ojeda como los espectadores descubren la belleza y magia del lugar.
Bajo California: el límite del tiempo aborda asuntos universales como la culpa, el amor, el miedo a la muerte, el sentido de la vida. Su historia se desarrolla con el formato del road movie, ideal para narrar viajes existenciales.
Ojeda es artista y no está familiarizado con sus raíces mexicanas. Este doble carácter le permite experimentar el paisaje con ojos niños, haciendo de la visita algo único, fuera de lo ordinario; a lo largo del camino va instalando obras elaboradas con materiales de la zona, que se integran con armonía al entorno, en una fusión notable entre lo dado y lo nuevo. Eso es justo lo que el propio realizador hace con su película, observar el paisaje de todos los días con una perspectiva que lo renueva, ofreciéndonos la oportunidad de aprender.
Uno de los atributos más notables de la cinta es su potencial epistefílico, es decir, su capacidad para darnos a conocer algo que quizás no sabíamos. Aunque no es propiamente el caso, rescato el ejemplo de cómo una película de ficción podría contribuir a la divulgación de estudios antropológicos a través de historias que atrapen la atención del espectador. La idea no es nueva, pero considero que sigue siendo una asignatura pendiente.
Otra característica que rescato es que al término de la película, el espectador puede emprender su propia aventura, pues los escenarios en los cuales se desarrolla la historia son reales.
Cuando elegí este filme para mi campaña imaginaria, hice un poco de trampa. A pesar de que se conoce poco en México, Bajo California cosechó muchos premios nacionales e internacionales; su mérito es aún mayor considerando que fue realizada de forma independiente.
¿Por qué les recomiendo esta película? Porque la historia es estupenda, la experiencia visual que nos ofrece es muy rica, es una invitación para conocer México (incluso si ya ha visitado los murales de San Francisco de la Sierra) sin caer en el patrioterismo y presenta una historia compleja de forma amena.
Encontrarán esta película en los canales de venta y renta de costumbre.
Mtra. Karla Paniagua Ramírez
Egresada de la Maestría en Antropología Social (CIESAS-DF)
Profesora de la Universidad del Claustro de Sor Juana
kpaniagua@hotmail.com
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