Trabajo de campo en el extranjero
Observar las elecciones presidenciales en Francia, fue para mí una experiencia única, ya que los procesos electorales han llamado mi atención por bastante tiempo. El ser testigo de una elección tan complicada como la de 2007, junto a los militantes del Partido Socialista, fue un gran aprendizaje en esta etapa de mi formación como antropóloga, tanto por la experiencia en sí misma como si se piensa desde un enfoque comparativo, en la adquisición de elementos para futuros estudios de corte más analítico.
La oportunidad de estar en Francia en este preciso momento, se debió a que formé parte de la segunda generación de alumnas que han participado en el convenio suscrito entre el CIESAS y el Laboratorio de Etnología y Sociología Comparada (LESC) de la Universidad de París X y el CNRS. En mi caso fui la tercera alumna en participar en este intercambio en el año escolar 2006-2007. Este convenio permite cursar el segundo año de la maestría en París. Actualmente, en el transcurso de este año escolar 2007-2008 una cuarta alumna, Ingreet Cano, esta siguiendo los mismos cursos en el LESC, en lo que sería la tercera generación de este intercambio. Me parece que ha existido buena comunicación entre las, hasta ahora cuatro alumnas, participantes en cuanto a transmitir las experiencias y recomendaciones para la siguiente generación, lo que ha facilitado y permitido la continuidad de dicho convenio.
El segundo año de maestría en el CIESAS, se ha homologado al diploma de Master 2 (antes dea) diploma de un año, preparatorio para el doctorado, con base en las reformas académicas adoptadas por la Comunidad Europea (Licence-Master-Doctorat, lmd), ahora Master 1 y Master 2, que lo hace más parecido al sistema que se emplea en México y por lo tanto en el CIESAS. Para fines de lograr un convenio exitoso y equivalente en ambas instituciones, ahora resulta más fácil homologar los programas en cuanto a tiempos de primer año de maestría (Master 1) y segundo año (Master 2). Lo que sigue siendo distinto es lo que se busca en cada momento en cuanto a la formación del alumno. Por ejemplo, los momentos para el trabajo de campo no coinciden, por lo que se deben realizar algunas modificaciones. En el Laboratorio, se busca que los alumnos adquieran las herramientas para la elaboración de proyectos, de exposiciones, de debates y para un futuro trabajo de campo “intensivo” para la investigación doctoral. Al mismo tiempo se toman cursos, se realiza una estancia en el laboratorio, se elaboran proyectos de investigación (dos distintos, simultáneamente) y lo más complicado, un breve trabajo de campo en la ciudad.
El año escolar es distinto al que se realiza en CIESAS, se hace paralelamente a las actividades de aula, un trabajo de campo que no esté relacionado con el tema de investigación de tesis, el objetivo es aprender a desarrollar investigaciones simultáneas y que no siempre se relacionen entre sí. Como mencioné en un inicio, es una etapa formativa en cuanto a la adquisición de herramientas metodológicas para la etapa siguiente que es el doctorado y la elaboración de la tesis.
Todo lo anterior implicó un aprendizaje las 24 horas del día: otro idioma, otra forma de enseñar y de aprender, otro contexto, un momento político particular –excelente y afortunada coincidencia– en tiempo y espacio. El aprendizaje consistió en un ir y venir de información y de experiencias de los antropólogos miembros del laboratorio y de los profesores invitados así como de los jóvenes aprendices de antropólogos que estábamos participando. Las investigaciones se realizan en muchos rincones del planeta, a diferencia de la investigación en México, donde la gran mayoría trabajamos problemáticas dentro del país o con mexicanos en el exterior. En el laboratorio, las investigaciones en Francia eran la excepción. También me llamó mucho la atención las distintas formas de hacer antropología, las perspectivas, las miradas, los recursos y hasta el compromiso social de los investigadores.
Entre esas formas distintas de hacer antropología, en esta etapa, se considera muy importante que los alumnos conozcan las formas “correctas”, en particular sobre los trabajos escritos –una fuerte exigencia en redacción y lógica de los ensayos entregados– y las presentaciones orales –fuerte exigencia en claridad y precisión–. Para ello se elaboran ejercicios meticulosos de cómo analizar lógicamente un texto (desmenuzándolo en sus estructuras mínimas) con base en una propuesta del arqueólogo Jean-Claude Gardin o realizar debates entre alumnos y entre alumnos y profesores; brain stormings en donde se presentan los proyectos de la misma forma que un examen profesional, entre otros métodos.
No fue fácil hacer antropología a la francesa y mucho menos de los franceses; sobre todo cuando lo común es que ellos estudien a los otros-exóticos por todo el mundo y no que ellos sean los sujetos de una observación hecha por una mexicana. Noté que no es algo que sea frecuente y que en muchos casos no saben cómo tomarlo. Recuerdo un comentario de un militante socialista en una asamblea del partido, que me decía, “Pero nosotros no somos nativos, por qué nos vienes a observar…”
El año escolar, además de lo escolarizado y el trabajo de campo, se complementó con otras actividades extracurriculares gracias a la amplia oferta académica y cultural. Entre éstas, varias clases y conferencias en las cuales antropólogos clásicos y contemporáneos como Maurice Godelier, Jonathan Friedman, Lévi-Strauss, Philippe Descola, Elikia M’Bokolo, Marc Abélès, discutían sus investigaciones en aulas tan especiales como el recién inaugurado Museo Quai Branly, o la ehess, o el Collège de France, entre otros. Actividades a las que asistí con gusto reconociendo que en mi propia ciudad no siempre aproveché las oportunidades académicas.
Las dinámicas de la vida cotidiana en una ciudad europea vividas de primera mano, ayudan mucho a comprender lo que pasa en una democracia incipiente como la nuestra. Al regresar, las preguntas de mi proyecto de investigación doctoral se han modificado, no sé todavía si se han enriquecido, complejizado o si simplemente la mirada es distinta, pero las preguntas no son las mismas. Lo que sí me queda claro en los hechos, en la recién terminada observación en las elecciones locales en Puebla, es que hubo un antes y un después de esta enriquecedora experiencia.
Todo lo anterior se llevó a cabo gracias a la suma de esfuerzos en ambas instituciones, así como el imprescindible acompañamiento de mis dos directores de tesis, Danièle Dehouve (París X) y Alberto Aziz (CIESAS-DF), quienes estuvieron presentes en el desarrollo exitoso de este intercambio y a los cuales agradezco su valioso apoyo.
Observar las elecciones presidenciales en Francia, fue para mí una experiencia única, ya que los procesos electorales han llamado mi atención por bastante tiempo. El ser testigo de una elección tan complicada como la de 2007, junto a los militantes del Partido Socialista, fue un gran aprendizaje en esta etapa de mi formación como antropóloga, tanto por la experiencia en sí misma como si se piensa desde un enfoque comparativo, en la adquisición de elementos para futuros estudios de corte más analítico.
La oportunidad de estar en Francia en este preciso momento, se debió a que formé parte de la segunda generación de alumnas que han participado en el convenio suscrito entre el CIESAS y el Laboratorio de Etnología y Sociología Comparada (LESC) de la Universidad de París X y el CNRS. En mi caso fui la tercera alumna en participar en este intercambio en el año escolar 2006-2007. Este convenio permite cursar el segundo año de la maestría en París. Actualmente, en el transcurso de este año escolar 2007-2008 una cuarta alumna, Ingreet Cano, esta siguiendo los mismos cursos en el LESC, en lo que sería la tercera generación de este intercambio. Me parece que ha existido buena comunicación entre las, hasta ahora cuatro alumnas, participantes en cuanto a transmitir las experiencias y recomendaciones para la siguiente generación, lo que ha facilitado y permitido la continuidad de dicho convenio.
El segundo año de maestría en el CIESAS, se ha homologado al diploma de Master 2 (antes dea) diploma de un año, preparatorio para el doctorado, con base en las reformas académicas adoptadas por la Comunidad Europea (Licence-Master-Doctorat, lmd), ahora Master 1 y Master 2, que lo hace más parecido al sistema que se emplea en México y por lo tanto en el CIESAS. Para fines de lograr un convenio exitoso y equivalente en ambas instituciones, ahora resulta más fácil homologar los programas en cuanto a tiempos de primer año de maestría (Master 1) y segundo año (Master 2). Lo que sigue siendo distinto es lo que se busca en cada momento en cuanto a la formación del alumno. Por ejemplo, los momentos para el trabajo de campo no coinciden, por lo que se deben realizar algunas modificaciones. En el Laboratorio, se busca que los alumnos adquieran las herramientas para la elaboración de proyectos, de exposiciones, de debates y para un futuro trabajo de campo “intensivo” para la investigación doctoral. Al mismo tiempo se toman cursos, se realiza una estancia en el laboratorio, se elaboran proyectos de investigación (dos distintos, simultáneamente) y lo más complicado, un breve trabajo de campo en la ciudad.
El año escolar es distinto al que se realiza en CIESAS, se hace paralelamente a las actividades de aula, un trabajo de campo que no esté relacionado con el tema de investigación de tesis, el objetivo es aprender a desarrollar investigaciones simultáneas y que no siempre se relacionen entre sí. Como mencioné en un inicio, es una etapa formativa en cuanto a la adquisición de herramientas metodológicas para la etapa siguiente que es el doctorado y la elaboración de la tesis.
Todo lo anterior implicó un aprendizaje las 24 horas del día: otro idioma, otra forma de enseñar y de aprender, otro contexto, un momento político particular –excelente y afortunada coincidencia– en tiempo y espacio. El aprendizaje consistió en un ir y venir de información y de experiencias de los antropólogos miembros del laboratorio y de los profesores invitados así como de los jóvenes aprendices de antropólogos que estábamos participando. Las investigaciones se realizan en muchos rincones del planeta, a diferencia de la investigación en México, donde la gran mayoría trabajamos problemáticas dentro del país o con mexicanos en el exterior. En el laboratorio, las investigaciones en Francia eran la excepción. También me llamó mucho la atención las distintas formas de hacer antropología, las perspectivas, las miradas, los recursos y hasta el compromiso social de los investigadores.
Entre esas formas distintas de hacer antropología, en esta etapa, se considera muy importante que los alumnos conozcan las formas “correctas”, en particular sobre los trabajos escritos –una fuerte exigencia en redacción y lógica de los ensayos entregados– y las presentaciones orales –fuerte exigencia en claridad y precisión–. Para ello se elaboran ejercicios meticulosos de cómo analizar lógicamente un texto (desmenuzándolo en sus estructuras mínimas) con base en una propuesta del arqueólogo Jean-Claude Gardin o realizar debates entre alumnos y entre alumnos y profesores; brain stormings en donde se presentan los proyectos de la misma forma que un examen profesional, entre otros métodos.
No fue fácil hacer antropología a la francesa y mucho menos de los franceses; sobre todo cuando lo común es que ellos estudien a los otros-exóticos por todo el mundo y no que ellos sean los sujetos de una observación hecha por una mexicana. Noté que no es algo que sea frecuente y que en muchos casos no saben cómo tomarlo. Recuerdo un comentario de un militante socialista en una asamblea del partido, que me decía, “Pero nosotros no somos nativos, por qué nos vienes a observar…”
El año escolar, además de lo escolarizado y el trabajo de campo, se complementó con otras actividades extracurriculares gracias a la amplia oferta académica y cultural. Entre éstas, varias clases y conferencias en las cuales antropólogos clásicos y contemporáneos como Maurice Godelier, Jonathan Friedman, Lévi-Strauss, Philippe Descola, Elikia M’Bokolo, Marc Abélès, discutían sus investigaciones en aulas tan especiales como el recién inaugurado Museo Quai Branly, o la ehess, o el Collège de France, entre otros. Actividades a las que asistí con gusto reconociendo que en mi propia ciudad no siempre aproveché las oportunidades académicas.
Las dinámicas de la vida cotidiana en una ciudad europea vividas de primera mano, ayudan mucho a comprender lo que pasa en una democracia incipiente como la nuestra. Al regresar, las preguntas de mi proyecto de investigación doctoral se han modificado, no sé todavía si se han enriquecido, complejizado o si simplemente la mirada es distinta, pero las preguntas no son las mismas. Lo que sí me queda claro en los hechos, en la recién terminada observación en las elecciones locales en Puebla, es que hubo un antes y un después de esta enriquecedora experiencia.
Todo lo anterior se llevó a cabo gracias a la suma de esfuerzos en ambas instituciones, así como el imprescindible acompañamiento de mis dos directores de tesis, Danièle Dehouve (París X) y Alberto Aziz (CIESAS-DF), quienes estuvieron presentes en el desarrollo exitoso de este intercambio y a los cuales agradezco su valioso apoyo.
Martha Gallardo Sarmiento
Estudiante de Doctorado
Convenio CIESAS-Universidad
de París X-Nanterre
magagasa@hotmail.com
Estudiante de Doctorado
Convenio CIESAS-Universidad
de París X-Nanterre
magagasa@hotmail.com
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