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Días extraños (Strange Days, EUA, 1995)

Para comenzar bien el año les recomiendo Días extraños, película muy sugerente y provocadora, como espero se haga evidente a continuación.
En el futuro existe una tecnología capaz de grabar y reproducir el pensamiento humano tal como lo experimenta cada persona. Con ayuda de un reproductor similar a los que actualmente conocemos, el usuario se conecta y registra su experiencia, que otros pueden vivir con ayuda de la misma tecnología.
Como el ingenio de los seres humanos siempre alcanza para sacar provecho de donde se pueda, este invento creado por el FBI cae en manos de los traficantes, que lo comercializan en el mercado negro. Cientos de usuarios pagan por vivir las experiencias de otros, en algunos casos llegando a la adicción.
Lenny Nero es un ex policía que se dedica al tráfico de este material. Por una cantidad considerable de dinero, consigue a sus clientes prácticamente cualquier fantasía. Claro que tanto placer no puede durar para siempre, así que un día Lenny recibe un video con información que compromete la vida de otras personas y todo se complica. Siendo una película futurista y hollywoodense, resulta difícil renunciar a una oportunidad de oro para endilgarnos la moraleja de que la tecnología es cosa del demonio, pero salvando ese detalle de la Liga de la decencia, la película es estupenda.
Más allá de las apreciaciones que como apocalípticos o integrados podamos tener sobre la premisa de este filme, Días extraños resulta interesante por lo siguiente: imaginemos que la tecnología antes referida se vuelve realidad ¿Qué tipo de video compraría un antropólogo social? ¿Caeríamos en la tentación de experimentar por un momento la vida del otro, de aquél otro a quien constantemente escrutamos para interpretar sus acciones?
De ser así, es posible que el advenimiento de esta tecnología significara el fin de las ciencias del comportamiento. Abatida la distancia entre el antropólogo y la otredad, el enigma se resolvería y por lo tanto, uno de los propósitos cruciales de la antropología. Si Malinowski hubiese contado con esta tecnología, quizás se habría enterado de que los isleños de Trobriand practicaban el Potlatch sólo para tomarle el pelo. Entonces se perdería el encanto heurístico que hace de nuestra disciplina un campo profundamente rico. Estimado lector ¿usted qué opina?
Esta película está disponible en los canales de venta y renta de costumbre. En Mix Up la encontrarán por un precio muy accesible.
El guión original está disponible en:
http://www.hundland.com/scripts/StrangeDays.txt
Karla Paniagua Ramírez
kpaniagua@hotmail.com
Egresada de la Maestría en Antropología Social
Profesora de la Universidad del Claustro de Sor Juana

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