REFORMA
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En la sección de Negocios de este diario capitalino encontré una interesante columna de un colaborador invitado. Se trata de Rui Liu (rui.liu@itesm.mx), profesor de chino del Tecnológico de Monterrey en el Campus de Santa Fe. El artículo aborda dos temas interesantes para quienes desean comunicarse con efectividad y hacer negocios en China: “Dialectos y números en China”.
Vamos reproducir aquí la primera parte del artículo, de mayor interés para los antropólogos sociales.
“En China se hablan diversos dialectos. Los más hablados son el mandarín (en el norte), el Wu (en el este) y el cantonés (en el sur). Respectivamente, 74 por ciento, 8 por ciento y 5 por ciento de la población hablan estos dialectos como su primer dialecto. No obstante, no es poco común que algunos pueden hablar más de uno (yo hablo mandarín, cantones y dian). Por lo tanto, en total, 94 por ciento de los chinos entendemos el mandarín. Si aprende a hablar mandarín, podría comunicarse con mil 222 millones de chinos -una quinta parte de la población mundial.
El termino “chino” se refiere a la parte de la escritura y el termino “mandarín” a la parte del habla, es decir, el mandarín es la representación vocal del chino y el chino es la representación escrita del mandarín, por eso, estrictamente hablando, debemos decir: “podemos hablar mandarín” (y no chino); y “podemos leer y escribir chino” (y no mandarín).
Al término “mandarín” se le llama “Pu Tong Hua” (el lenguaje común) en el continente chino y “Guo Yu” (el lenguaje nacional) en Hong Kong, Taiwán y ultramar. El término “chino” tiene dos nombres: “Zhong Wen” (el idioma del pueblo chino) y “Han Yu” (el idioma de Han).
Han (206 a.C.-220 d.C.) era la segunda y más larga dinastía en la historia china. Noventa y un por ciento de los chinos somos de nacionalidad han. El 9 por ciento restante, compuesto por 55 minorías nacionales, viven principalmente en el oeste de China como en el Tíbet, Mongolia Interior y Xin Jiang. El nombre de nuestro país viene de la primera dinastía Qin (221 a.C.-206 a.C.) porque la Q se pronuncia como Ch en español, Qin —> Chin —> China.” (Reforma, 30 de enero de 2008, Sección Negocios, pg . 6).
El profesor Rui Liu se ocupa en el resto del artículo de los números y de los valores culturales asociados a ellos. Los significados que se atribuyen a los números provienen de las asociaciones que hacen los chinos entre la pronunciación de los números y otras palabras similares. Por ejemplo, al 4 se le asocia con morir (y por ello es un número desgraciado); en cambio 3, se relaciona a la vida, el 5 a la suerte, el 6 a la longevidad, el 8 a la prosperidad y el 9 a la perpetuidad: Diez es igual a “definitivamente”
Según el profesor Rui Liu los chinos son muy supersticiosos y consecuentemente nadie querría hospedarse en el cuarto piso de un hospital o de un hotel y mucho menos ocupar el cuarto 14 (“definitivamente morir”) En cambio el número 8 es el número de la prosperidad. Estas ideas supersticiosas son guías para la acción colectiva. No es casual que los chinos vayan a organizar las Olimpiadas en 2008. Otros ejemplos son la inauguración de edificio del Banco de China, en Hong Kong que tuvo lugar el 8 de agosto de 1988. Y como el 9 es signo de la perpetuidad, resultará muy sugerente saber que la Ciudad Prohibida en Bei Jing cuenta con 9 mil 999 habitaciones., para enfatizar la durabilidad de la casa imperial.
Estos conocimientos tienen útiles aplicaciones prácticas para el mundo de los negocios. Si una empresa extranjera está negociando un contrato en China y aún existen varios obstáculos a vencer para el día 7 de agosto, resultará útil intentar proponerle a su contraparte china lo siguiente: “para que no dejemos pasar la oportunidad de prosperar dos veces, por qué no firmamos el contrato mañana”. Y los extranjeros observarán que aquella asociación entre números y significados podría tener más eficacia que las muchas horas de trabajo en las semanas previas.
El artículo termina con una observación cautelosa: los números no pueden predecir el resultado de una transacción, ni sustituir el trabajo duro de la negociación. Pero si planeas visitar China en 2008 y llevar a cabo algunos negocios, más vale que aprendas lo que significan algunos números chinos.
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En la sección de Negocios de este diario capitalino encontré una interesante columna de un colaborador invitado. Se trata de Rui Liu (rui.liu@itesm.mx), profesor de chino del Tecnológico de Monterrey en el Campus de Santa Fe. El artículo aborda dos temas interesantes para quienes desean comunicarse con efectividad y hacer negocios en China: “Dialectos y números en China”.
Vamos reproducir aquí la primera parte del artículo, de mayor interés para los antropólogos sociales.
“En China se hablan diversos dialectos. Los más hablados son el mandarín (en el norte), el Wu (en el este) y el cantonés (en el sur). Respectivamente, 74 por ciento, 8 por ciento y 5 por ciento de la población hablan estos dialectos como su primer dialecto. No obstante, no es poco común que algunos pueden hablar más de uno (yo hablo mandarín, cantones y dian). Por lo tanto, en total, 94 por ciento de los chinos entendemos el mandarín. Si aprende a hablar mandarín, podría comunicarse con mil 222 millones de chinos -una quinta parte de la población mundial.
El termino “chino” se refiere a la parte de la escritura y el termino “mandarín” a la parte del habla, es decir, el mandarín es la representación vocal del chino y el chino es la representación escrita del mandarín, por eso, estrictamente hablando, debemos decir: “podemos hablar mandarín” (y no chino); y “podemos leer y escribir chino” (y no mandarín).
Al término “mandarín” se le llama “Pu Tong Hua” (el lenguaje común) en el continente chino y “Guo Yu” (el lenguaje nacional) en Hong Kong, Taiwán y ultramar. El término “chino” tiene dos nombres: “Zhong Wen” (el idioma del pueblo chino) y “Han Yu” (el idioma de Han).
Han (206 a.C.-220 d.C.) era la segunda y más larga dinastía en la historia china. Noventa y un por ciento de los chinos somos de nacionalidad han. El 9 por ciento restante, compuesto por 55 minorías nacionales, viven principalmente en el oeste de China como en el Tíbet, Mongolia Interior y Xin Jiang. El nombre de nuestro país viene de la primera dinastía Qin (221 a.C.-206 a.C.) porque la Q se pronuncia como Ch en español, Qin —> Chin —> China.” (Reforma, 30 de enero de 2008, Sección Negocios, pg . 6).
El profesor Rui Liu se ocupa en el resto del artículo de los números y de los valores culturales asociados a ellos. Los significados que se atribuyen a los números provienen de las asociaciones que hacen los chinos entre la pronunciación de los números y otras palabras similares. Por ejemplo, al 4 se le asocia con morir (y por ello es un número desgraciado); en cambio 3, se relaciona a la vida, el 5 a la suerte, el 6 a la longevidad, el 8 a la prosperidad y el 9 a la perpetuidad: Diez es igual a “definitivamente”
Según el profesor Rui Liu los chinos son muy supersticiosos y consecuentemente nadie querría hospedarse en el cuarto piso de un hospital o de un hotel y mucho menos ocupar el cuarto 14 (“definitivamente morir”) En cambio el número 8 es el número de la prosperidad. Estas ideas supersticiosas son guías para la acción colectiva. No es casual que los chinos vayan a organizar las Olimpiadas en 2008. Otros ejemplos son la inauguración de edificio del Banco de China, en Hong Kong que tuvo lugar el 8 de agosto de 1988. Y como el 9 es signo de la perpetuidad, resultará muy sugerente saber que la Ciudad Prohibida en Bei Jing cuenta con 9 mil 999 habitaciones., para enfatizar la durabilidad de la casa imperial.
Estos conocimientos tienen útiles aplicaciones prácticas para el mundo de los negocios. Si una empresa extranjera está negociando un contrato en China y aún existen varios obstáculos a vencer para el día 7 de agosto, resultará útil intentar proponerle a su contraparte china lo siguiente: “para que no dejemos pasar la oportunidad de prosperar dos veces, por qué no firmamos el contrato mañana”. Y los extranjeros observarán que aquella asociación entre números y significados podría tener más eficacia que las muchas horas de trabajo en las semanas previas.
El artículo termina con una observación cautelosa: los números no pueden predecir el resultado de una transacción, ni sustituir el trabajo duro de la negociación. Pero si planeas visitar China en 2008 y llevar a cabo algunos negocios, más vale que aprendas lo que significan algunos números chinos.
Dr Roberto Melville (CIESAS-DF)
melville.ciesas@yahoo.com
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