Seminario Agua y Tierra

Dos Elementos en Disputa en el México Rural y Urbano de los Siglos XIX y XX

Del 5 al 7 de septiembre de 2007 se realizó en Aguascalientes el Seminario Agua y Tierra. Dos Elementos en Disputa en el México Rural y Urbano de los Siglos XIX y XX, en el cual participaron más de treinta investigadores provenientes de una veintena de instituciones de investigación, universidades públicas y privadas, así como de órganos operadores del agua. El evento fue convocado y organizado por el CIESAS, El Colegio de Michoacán, la Universidad Autónoma de Aguascalientes y El Colegio de San Luis y tuvo como sede la Casa de la Cultura de Aguascalientes. Fue enmarcado por una exposición desarrollada por el Archivo Histórico del Agua y el Archivo Histórico del estado de Aguascalientes titulada México frente a su pasado y presente. El agua a través de sus legados documentales. Ambos eventos contaron con la asistencia de funcionarios del gobierno del estado de Aguascalientes y de los directores y presidentes de las instituciones convocantes. Inauguró el Seminario el Dr. Víctor González, director del Instituto de la Cultura de Aguascalientes y el Lic. Rubén Darío Moreno Vásquez, subsecretario de Asuntos Jurídicos del estado de Aguascalientes. La conferencia magistral estuvo a cargo de la Dra. Teresa Rojas Rabiela (CIESAS-DF), quien puntualizó la importancia de buscar nuevas metodologías de investigación en torno a los sistemas hidráulicos en Mesoamérica y en la Nueva España del siglo XVI, que en mucho nos permitirá entender los patrones de poblamiento de las diversas localidades, así como observar la infraestructura en torno a lo hídrico que desarrollaron los pueblos indígenas −que se ha conservado en varias partes del México contemporáneo− y aquella que trajeron los españoles. Asimismo, la Dra. Rojas resaltó la labor de Ángel Palerm y de otros connotados antropólogos, etnohistoriadores e historiadores en este campo de la ciencia.
Este seminario fue el cuarto que de manera conjunta han organizado el CIESAS, El Colegio de Michoacán y El Colegio de San Luis y en los cuales se han ido sumando diversas instituciones, así como investigadores y estudiantes, lo que conforma un interesante diálogo sobre la manera de abordar estas problemáticas desde perspectivas locales y regionales, y cuáles son sus implicaciones en el acontecer de los diversos actores sociales. El primer seminario, que se desarrolló en noviembre de 2003 en las instalaciones de El Colegio de Michoacán, tuvo como uno de sus principales objetivos realizar un balance, así como plantear las posibles perspectivas a futuro en torno a los estudios de los usos sociales del agua en México. En esa ocasión el Archivo Histórico del Agua, el CIESAS, la Universidad de Guadalajara y el proyecto que encabezaba Brigitte Bohem fueron los que convocaron a diversos interesados a tener un diálogo sobre el elemento hídrico de manera exclusiva, aun cuando se planteó no solamente como tal sino interrelacionado con aspectos políticos, sociales, económicos, de infraestructura y de relaciones sociales de poder. Como resultado de ese encuentro surgió a la luz el libro El agua en la historia de México (2005), que fue coeditado por la Universidad de Guadalajara y El Colegio de Michoacán. Unos meses después, en abril de 2004, el Archivo Histórico del Agua, junto con el CIESAS, El Colegio de Michoacán, El Colegio de San Luis y El Colegio Mexiquense organizaron una reunión en que, retomando varios de los postulados anteriores, se analizaron nuevos aspectos que podrían lanzarse a través de los estudios históricos y contemporáneos en torno al agua. En este seminario, así como en el anterior, participaron investigadores provenientes de las instituciones organizadoras que se encontraban trabajando alrededor de proyectos donde lo hídrico era un punto esencial de análisis. Lo importante de este seminario, es que por primera vez desde la fundación del Archivo Histórico del Agua (1994) albergó un evento cuya temática giraba en torno a la valiosa documentación que guardan sus diversos acervos.
El resultado de ambos encuentros permitió, no solamente un mayor intercambio sobre las visiones, metodologías y técnicas de investigación, sino también discutir nuevos temas, aunque siempre se quedaron pendientes los balances sobre el acontecer de los diversos actores sociales, tanto en términos contemporáneos como históricos. Sin embargo, uno de los resultados alentadores fue observar la necesidad de construir y profundizar en proyectos que fueran analizando no solamente estudios de caso, sino procesos, lo que representa una forma de realizar estudios regionales (macrocuencas) rompiendo los límites político-administrativos de las diversas entidades federativas. De esta manera, se fortaleció una alianza estratégica entre los proyectos Cambios y Continuidades en las Estructuras Agrarias e Hídricas en San Luis Potosí, Cambios y Continuidades, 1856-1936 (ciesas-Conacyt-El Colegio de San Luis) y Patrones Históricos de Uso y Manejo del Agua en la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago (El Colegio de Michoacán-Conacyt / Universidad de Guadalajara), con el fin de intercambiar no solamente experiencias, sino metodologías, bases de datos y técnicas cartográficas. Como resultado de los trabajos de campo conjuntos, la participación en seminarios internos de los proyectos con tesistas, y retomando una sugerencia de Brigitte Bohem, se convocó al tercer encuentro de investigadores y estudiantes; sin embargo, en esta ocasión y debido a la reflexión de las experiencias conjuntas, se consideró vital unir el análisis de lo hídrico con lo agrario, además de proponer un análisis a través de procesos y no de fechas históricas. Fue así, que nuevamente unieron esfuerzos El Colegio de Michoacán, el CIESAS y El Colegio de San Luis para reunir a más de treinta y cinco colegas que dialogaron y discutieron en torno a las formas de estudiar dos elementos tan esenciales para las sociedades agrarias e hídricas del México decimonónico y del siglo pasado en las instalaciones de El Colegio de San Luis en noviembre de 2005. El resultado de ese encuentro tan fructífero, evidenció la necesidad de realizar estudios comparativos, no solamente tomando en consideración el objetivo que nos reunió sino también en términos regionales y posiblemente a nivel nacional y latinoamericano. Como en las ocasiones anteriores, se continuó madurando la importancia de analizar y evaluar los nuevos paradigmas que tanto la antropología, la historia, la etnohistoria, la sociología y las llamadas ciencias exactas han estado poniendo en el tamiz de la discusión. El resultado de este evento es el libro Agua y tierra en México, siglos XIX y XX, que en el momento en que escribimos se encuentra en edición. No está de más mencionar, que fue éste el penúltimo evento en que participó de manera activa Brixie, a quien perdimos no solamente como una gran persona sino también como amiga y maestra.
¿Qué es lo que han puesto sobre la mesa de la discusión estos eventos? Sin duda, la importancia de realizar esfuerzos interinstitucionales que van más allá de convocar y reunir a colegas y estudiantes de posgrado y licenciatura interesados en cada una de las temáticas. Es necesario pensar en proyectos en que las instituciones que han participado estén dispuestas a dar un paso más, no solamente en términos de convenios, sino comprometiéndose a desarrollar y compartir de manera conjunta bases de datos, investigadores y perspectivas de construir proyectos que permitan influenciar en la toma de las decisiones de políticas públicas, desde la planeación hasta su ejecución. En este sentido, es conveniente citar las palabras del director del Instituto del Agua de Aguascalientes, Javier Campos Hermosillo, quien al inaugurar la exposición el 4 de septiembre del presente año, mencionó la necesidad de profundizar en el pasado con el fin de comprender el presente y futuro, lo que permitirá entender por qué el agua es hoy, un tema fundamental para el desarrollo del país.
Respecto al reciente Seminario, sumaron sus esfuerzos la Universidad Autónoma de Aguascalientes, el Instituto de la Cultura de Aguascalientes, la Conagua, Concesionaria de Aguas de Aguascalientes y el Gobierno del estado de Aguascalientes. El objetivo del Seminario era reflexionar, no solamente, sobre la importancia del elemento hídrico sino también en torno a la problemática de la tierra, para lo cual se convocó a algunos de los colegas que habían participado de manera activa en los seminarios anteriores, así como integrando a los que por alguna razón les había sido imposible asistir. De esta manera, una de las principales conclusiones fue que los temas centrales deben replantear un conjunto de retos para los gobiernos locales, estatales y federales, así como para las organizaciones internacionales, y para aquellos que han dedicado años a develar las posibilidades de mejora para los actores sociales que se ven directamente involucrados.
De esta manera, la historia y los analisis etnográfico y antropológico han sido generalmente poco valorados como elementos que permiten nutrir, influir y armar las políticas públicas que se han desarrollado en las últimas décadas en el mundo. En la actualidad, los gobiernos y sus instituciones consideran escasamente la importancia de contar y valorar la memoria histórica de sus sociedades, así como los estudios sociales de diagnóstico, evaluación, planeación y estrategias de desarrollo en la medida que tienen un carácter estratégico en el desarrollo de los países.
Sin embargo, las estrategias elaboradas por la administración pública, así como por algunos sectores de la iniciativa privada, tienden a ver el reto de la llamada cultura del agua a partir de los problemas del presente; pocas veces se hace el ejercicio retrospectivo que nos permita entender por qué hoy tenemos que diseñar estrategias para el ahorro, cobro y la administración del líquido. En términos de la tierra, la reforma constitucional de 1992 modificó paulatinamente y en algunos casos terminó legalizando, la distribución de un recurso que es vital, pero que llega a carecer de importancia si no cuenta con agua.
No se trata de problemas que se generaron hace un par de décadas, sino costumbres añejas en el uso y aprovechamiento de los recursos; son problemáticas que en su momento no se atendieron y que fueron heredadas a las generaciones que hoy estamos aquí, aunque en muchos casos las soluciones que se plantearon en un momento histórico han sido desdeñadas por nuestros planificadores. Pero, ¿cuántas generaciones tendrán que pasar para tener una cultura del agua arraigada? ¿Cuántas para que el conjunto de políticas públicas en torno a estos temas tengan resultados que puedan verse y medirse integralmente? Se trata del ahorro del agua, pero también de la demanda doméstica, industrial y agrícola, ¿cómo forjar un equilibrio en el análisis de ambos elementos?
Por eso, particularmente hoy la historia, la etnografía y la antropología tienen un papel estratégico. No es raro que la investigación científica esté un paso adelante de los gobiernos; pero la cuestión es ¿cómo podemos incidir más allá de las publicaciones y de las posibles denuncias, cuál es el impacto social de nuestro quehacer, de qué manera podemos realizar una antropología e historia participativa? Son interrogantes que, creemos, aún esperan una respuesta válida, no solamente en términos de los gobiernos sino de las ciencias sociales.
El Seminario consistió en un ejercicio en el que todos los participantes sacamos provecho, utilizando lo que se discutió para nuestros propios fueros o patrias chicas; para coadyuvar en el desarrollo y evaluación de las estrategias que, como sociedades, hemos diseñado para garantizar el abasto de agua para el campo y la ciudad, hoy y mañana. Se trata, al final de las cuentas, de un ejercicio de expresión ciudadana, el mismo que tanto pedimos desde la administración pública. La pregunta es ¿seremos capaces de dimensionar la importancia de esta actividad? Sin duda, la alianza estratégica que han desarrollado los investigadores del ciesas, El Colegio de Michoacán y El Colegio de San Luis nos permite avizorar un futuro en que los proyectos individuales se conviertan en proyectos que analicen macrocuencas y subcuencas, con metodologías y técnicas de investigación que rompan las fronteras político-administrativas de los estados. Éste es un buen ejemplo de esfuerzo que sin duda, no se lograría sin el apoyo y confianza de las instituciones a sus investigadores y que ha creado una base cuya flexibilidad permite sumar a diversas instancias estatales y federales que han reconocido la importancia que en nuestro pasado y presente tienen ambos elementos.


Dr. Antonio Escobar Ohmstede (CIESAS-DF)
ohmstede@ciesas.edu.mx

Dr. Martín Sánchez Rodríguez (El Colegio de Michoacán)
mlobo@colmich.edu.mx

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