XX aniversario de la sedes Pacífico Sur
y Occidente del CIESAS
y Occidente del CIESAS
A partir de septiembre de 2007, el CIESAS inició en dos de sus sedes sendos programas de actividades académicas para conmemorar veinte años de creación de esas unidades regionales. Se trata de las sedes Pacífico Sur, (en la ciudad de Oaxaca) y Occidente, (en la ciudad de Guadalajara), cuya fundación data de 1987, durante la administración y con el apoyo del Mtro. Leonel Durán, en la dirección general del CIESAS.
En estas dos décadas cada una de estas unidades ha definido su perfil académico, compromiso social y estrategias de vinculación con organismos gubernamentales, instituciones académicas, organizaciones de la sociedad civil, sector privado y agencias internacionales. También han perfilado sus intereses temáticos y teóricos con base en los contextos en los que se ubican cada una ellas. Esa historia es la que reflejan los textos que se presentan a continuación y que dan cuenta del desarrollo de una institución con presencia nacional y vocación regional. A continuación, fragmentos de los discursos del Mtro. Salomón Nahmad, director regional del CIESAS-Pacífico Sur y de la Dra. Virginia García Acosta, directora general del CIESAS elaborados para este aniversario.
Conmemoración del XX aniversario de la sede Pacífico Sur del CIESAS
Aprovechar este extraordinario
laboratorio social multiétnico y
plurilingüístico de la sociedad civil
oaxaqueña: Salomón Nahmad.
En 1987, a raíz del Congreso Internacional de Antropología Aplicada celebrado en la ciudad de Oaxaca, el entonces director del CIESAS, Mtro. Leonel Durán, acordó la creación de la Unidad CIESAS-Oaxaca (en 1997 cambió de nombre a CIESAS-Istmo y en el presente año a CIESAS-Pacífico Sur). En aquella fecha en Oaxaca ya existía dentro de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) el Instituto de Investigaciones Sociológicas y, por otra parte, una delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Ambas instituciones contaban con investigadores en antropología e historia.
El CIESAS-Oaxaca se sumó entonces a los esfuerzos de estas instituciones para construir una antropología dentro de las ciencias sociales que desmitificara la idea de que el fomento del conocimiento por sí mismo, sin un compromiso social, tendría su propia justificación ante la sociedad.
Desde la creación de la Unidad la legitimidad de la antropología como una ciencia pura, autocontenida e imparcial se tornó cada vez más cuestionable. El reconocimiento de la diversidad cultural, política y social en Oaxaca obligó a la antropología a comprometerse cada vez más con los pueblos originarios de la civilización mesoamericana que han sido principalmente los sujetos de estudio de la historia, de la etnología y de la antropología social.
La actividad de la antropología comprometida implica la destrucción de todas las falsificaciones históricas, de las doctrinas raciales, de la discriminación lingüística, de la descalificación de las instituciones indígenas de las unidades étnicas y de su diversidad cultural producto de los dogmas de un nacionalismo excluyente que con el modelo hegemónico integracionista deforma la realidad de las necesidades de los pueblos indígenas de México y en especial de Oaxaca.
A pesar de los limitados recursos humanos y económicos en estos veinte años de actividad científica y cultural de nuestra Unidad, hemos cumplido a cabalidad en las áreas fundamentales de nuestro quehacer antropológico. A partir de septiembre de 1987 iniciamos el trabajo en el campo de las lenguas y culturas de la región, de la etnohistoria e historia regional contemporánea, de las relaciones interétnicas y de la articulación política de los pueblos indígenas hacia el interior de sus regiones, en su relación con el estado de Oaxaca y el Estado nacional.
En 1987, a raíz del Congreso Internacional de Antropología Aplicada celebrado en la ciudad de Oaxaca, el entonces director del CIESAS, Mtro. Leonel Durán, acordó la creación de la Unidad CIESAS-Oaxaca (en 1997 cambió de nombre a CIESAS-Istmo y en el presente año a CIESAS-Pacífico Sur). En aquella fecha en Oaxaca ya existía dentro de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) el Instituto de Investigaciones Sociológicas y, por otra parte, una delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Ambas instituciones contaban con investigadores en antropología e historia.
El CIESAS-Oaxaca se sumó entonces a los esfuerzos de estas instituciones para construir una antropología dentro de las ciencias sociales que desmitificara la idea de que el fomento del conocimiento por sí mismo, sin un compromiso social, tendría su propia justificación ante la sociedad.
Desde la creación de la Unidad la legitimidad de la antropología como una ciencia pura, autocontenida e imparcial se tornó cada vez más cuestionable. El reconocimiento de la diversidad cultural, política y social en Oaxaca obligó a la antropología a comprometerse cada vez más con los pueblos originarios de la civilización mesoamericana que han sido principalmente los sujetos de estudio de la historia, de la etnología y de la antropología social.
La actividad de la antropología comprometida implica la destrucción de todas las falsificaciones históricas, de las doctrinas raciales, de la discriminación lingüística, de la descalificación de las instituciones indígenas de las unidades étnicas y de su diversidad cultural producto de los dogmas de un nacionalismo excluyente que con el modelo hegemónico integracionista deforma la realidad de las necesidades de los pueblos indígenas de México y en especial de Oaxaca.
A pesar de los limitados recursos humanos y económicos en estos veinte años de actividad científica y cultural de nuestra Unidad, hemos cumplido a cabalidad en las áreas fundamentales de nuestro quehacer antropológico. A partir de septiembre de 1987 iniciamos el trabajo en el campo de las lenguas y culturas de la región, de la etnohistoria e historia regional contemporánea, de las relaciones interétnicas y de la articulación política de los pueblos indígenas hacia el interior de sus regiones, en su relación con el estado de Oaxaca y el Estado nacional.
Los hechos muestran los logros: la consolidación de lo que se inició como un taller de las lenguas indígenas logró establecerse como un Centro de Investigaciones Lingüísticas manejado por los propios lingüistas de los pueblos indígenas de Oaxaca, como el caso de los mixtecos; los estudios transversales sobre los problemas de género; los análisis y estudios sobre medio ambiente y tecnologías indígenas, con acciones para fortalecer la educación bilingüe e intercultural; la investigación sobre las tradiciones musicales y los procesos culturales mesoamericanos y su expresión en el arte, la comprensión de la salud y la enfermedad en el ámbito de la interculturalidad.
Después de veinte años de labores continuas podemos considerar que la actividad académica y la articulación con las políticas públicas han dejado un aporte sustantivo reflejado en publicaciones, videos, conferencias y en la docencia. También en las diversas asesorías a instituciones estatales, nacionales e internacionales para transformar las relaciones humanas y sociales de Oaxaca y de la región pacífico sur de nuestro país; en la intervención en las instituciones locales ligadas a la justicia y al bienestar de las comunidades y pueblos indígenas; en la construcción de una Constitución Política del estado de Oaxaca que incluye la diversidad étnica y cultural; en las aportaciones editoriales al Instituto Oaxaqueño de las Culturas (IOC), en la Ley de los Derechos de los Pueblos Indígenas que entre otras reconoce la elección municipal por usos y costumbres en cuatrocientos dieciocho municipios, en la Ley de Educación; en la capacitación en antropología jurídica a jueces, ministerios públicos, abogados en derechos humanos, entre otros esfuerzos, todo esto ha ayudado a transformar significativamente la estructura del estado de Oaxaca en una de las entidades del país que va a la vanguardia en la construcción de una sociedad que vive en la multiculturalidad y en la diversidad.
Cuando hace veinte años iniciamos nuestro trabajo en el estado de Oaxaca, el interés por el conocimiento propio del acontecer social era relativamente escaso. La Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, formó los primeros cuadros de sociólogos en el Instituto de Investigaciones Sociológicas. Sin embargo, a pesar de estos loables esfuerzos, la investigación dominante era la extranjera, tanto europea como estadounidense.
La antropología en México, tal como lo señalara atinadamente Ángel Palerm, primer director del CIESAS, ha generado violentas polémicas y ha perturbado el análisis histórico y social de México, porque se acusa a los antropólogos, de servir aun involuntariamente, a los intereses metropolitanos o de las clases dominantes internas. A pesar de los esfuerzos realizados por entender la realidad y quebrar las relaciones coloniales que subsisten en la vida del país, las desigualdades sociales son enormes y la explicación científica de estos fenómenos debiera dar los lineamientos para eliminar la opresión y la explotación.
Al conjuntarnos en la Unidad del CIESAS en Oaxaca un grupo de investigadores interesados en la región pensamos cumplir con los propósitos originales de ligar nuestra investigación a la población objeto de nuestro estudio y transmitir a la sociedad nuestros conocimientos, tal como pensaba Palerm.
Aunque desde sus inicios el ciesas a nivel nacional ha estado en contra de una antropología alejada del campo de los problemas sociales del país, criticamos el escapismo que muchos investigadores practican con su indiferencia buscando la comodidad de las torres de marfil al no confrontar la teoría con la práctica.
La antropología social contemporánea debe ocuparse de las implicaciones del contexto politizado de su historia y no sólo de las preocupaciones intelectuales academicistas. De no hacer lo primero, la historia y la antropología social y cultural estarían condenadas a ser esclavas permanentes del sistema imperante, así como un instrumento del Estado, de las clases dominantes y del mantenimiento del colonialismo interno.
La complejidad social, étnica y cultural del estado de Oaxaca ha representado uno de los retos más atractivos e interesantes para las ciencias antropológicas, debido a la larga trayectoria histórica de la vida de los dieciséis pueblos étnicos que se han reproducido y conservado hasta el presente.
La relevancia teórica y práctica de la confluencia de diversos pueblos étnicos en el contexto de la sociedad oaxaqueña actual, requiere de un permanente análisis y conocimiento que acerque esta realidad plural a los procesos de acción y de cambio sociocultural, económico y político. La sede Pacífico Sur del CIESAS ha cubierto un vacío de investigación básica en ciencias antropológicas que debe aprovechar este extraordinario laboratorio social multiétnico y plurilingüístico de la sociedad civil oaxaqueña.
Mtro. Salomón Nahmad
Director regional del CIESAS-Pacífico Sur
CIESAS-Pacífico Sur, un componente imprescindible del ciesas nacional: Virginia García Acosta.
El CIS-INAH, antecesor del ciesas, fue concebido como un Centro para satisfacer la necesidad de una institución dedicada al estudio de los problemas sociales que aquejaban al país, que dirigiera su mirada a algunas áreas poco atendidas por la antropología mexicana, teniendo como plataforma principal la investigación básica.
El Dr. Guillermo Bonfil pensaba que esta institución tendría que conjugar las “más altas normas de calidad en sus programas de investigación, la propiedad y adecuación de éstos a los requisitos de formación de nuevos investigadores y la selección de los problemas que aborde en términos de la relevancia que tengan en el contexto de la realidad nacional, concebida ésta, naturalmente, en toda su complejidad y como un proceso histórico”.
A treinta y cuatro años de vida, podemos decir que el CIESAS ha logrado no sólo cumplir con creces lo que sus creadores, Gonzalo Aguirre Beltrán, Guillermo Bonfil y Ángel Palerm, esperaban del Centro, sino que ha consolidado su vocación institucional centrado en la investigación científica, la formación de especialistas, la publicación de un rico acervo editorial, así como la difusión del conocimiento creado, lo que le ha dado la posibilidad de convertirse en una institución líder en el país en las disciplinas que trabaja.
Los principios y valores institucionales básicos que sustentan la actividad académica del CIESAS como la preponderancia del rigor científico en todas las actividades que realiza, la libertad de investigación, la evaluación de nuestras tareas y el compromiso de atender los diversos problemas nacionales son pilares que le permiten desarrollar sus cuatro funciones prioritarias con excelencia: investigación, formación, difusión y vinculación.
Sin embargo, el ciesas enfrenta también retos normales en su evolución institucional. Uno de ellos es la integración nacional, debido al despliegue territorial del ciesas en siete regiones del país, con equipos de investigación y programas de posgrado cada una sus sedes, con excepción del Programa Noreste. Este reto implica, entre otras cosas, que se tiene que reforzar la comunicación intra ciesas y consolidar una oferta docente a escala nacional.
Así, el ciesas es hoy una institución con proyecto nacional, que permite generar visiones regionales que aportan elementos para el conocimiento de frontera, estrechamente vinculado tanto a las problemáticas actuales como a las que se proyectan hacia el futuro.
Un pilar de este proyecto nacional es la sede Pacífico Sur; creada en 1987 como resultado de un acuerdo entre el gobierno del estado de Oaxaca y el CIESAS.
De acuerdo con el proceso de planeación 2007-2012, la misión de Pacífico Sur se define por el estudio antropológico, histórico, etnohistórico y lingüístico de los procesos, dinámicas y problemáticas de las sociedades multiétnicas de Mesoamérica en general, y en la región en particular, con énfasis en las múltiples y cambiantes configuraciones culturales y relaciones de poder en la esfera étnica, de clase, género y nacionalidad. En este contexto, los investigadores de la unidad Pacífico Sur se encuentran trabajando en siete líneas de investigación: antropología e historia de la educación; antropología médica; cultura e ideología; epigrafía y análisis de fuentes etnohistóricas; estudio del lenguaje; etnohistoria; y relaciones étnicas e identidades comunitarias.
Hace dos décadas, bajo la dirección general del ciesas a cargo de Mtro. Leonel Durán, la Unidad comenzó a operar con cuatro investigadores (Salomón Nahmad, Margarita Dalton, Teresa Pardo y Víctor de la Cruz) y hoy cuenta con una planta de doce profesores investigadores, de los cuales siete tienen doctorado, cuatro maestría y uno licenciatura; además de dos técnicos bilingües. Siete de los profesores de la unidad son miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), dos en Nivel II y cinco en Nivel I incluyendo al Dr. Salvador Sigüenza que a partir de 2008 será miembro del Sistema, según los resultados publicados recientemente, y a quien felicitamos por este logro.
La unidad Pacífico Sur tiene una ubicación privilegiada en el espectro académico oaxaqueño, pues es una referencia del trabajo antropológico de excelencia en la región; esta posición es reconocida tanto por instituciones académicas, como gubernamentales y de la sociedad civil, nacionales e internacionales. Muestra de ello son los proyectos con financiamiento externo que están desarrollando sus investigadores con apoyo de dependencias y organizaciones como la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la Fundación Harp Helu A.C., el Conacyt, la Fundación MacArthur, unicef y la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado, en temas como aprovechamiento hidráulico, lingüística, música, mortalidad materna, exclusión educativa, memoria cultural y cívica así como arqueología. Es decir, sin abandonar el objetivo que le dio origen, ha ampliado sus horizontes, en el entendido de que las instituciones académicas del país tienen una responsabilidad científica pero también social. Este compromiso se enfoca a impulsar la generación de conocimiento con pertinencia y relevancia tanto científica como social. Así, las instituciones de ciencias sociales deben y pueden contribuir, desde la perspectiva de sus disciplinas, a la discusión y solución de los problemas sociales más urgentes del país.
Después de que la Unidad, durante años, dirigió sus esfuerzos a una formación académica de tipo aplicada, mediante diplomados de especialización −los cuales fueron sumamente importantes al contribuir de manera notable a la sensibilización y formación antropológica especializada de profesionales procedentes de diversas áreas−, a partir del año pasado fue aprobada la propuesta de la Maestría en Antropología Social en la Unidad Pacífico Sur, la cual se acaba de iniciar.
Todos estos logros han sido producto del trabajo conjunto, comprometido y responsable de los investigadores y trabajadores administrativos que han pasado por el CIESAS-Pacífico Sur bajo la conducción responsable de quienes han sucedido en esa tarea a Salomón Nahmad, incluido él mismo (1987-1992, y ahora desde 2006 a la fecha); Paola Sesia (2003-2006); Margarita Dalton (2001-2003); Sergio Sarmiento (1998-2001); Salvador Aquino (1996-1998); Teresa Pardo (como secretaria académica 1996-1996); y Ma. De los Ángeles Romero (1993-1994). Se trata, es evidente, de un tequio que generosamente han aceptado dar por esta sede quienes han estado al frente de la misma.
Sin duda el CIESAS-Pacífico Sur tiene retos por delante en materia de investigación y formación, en colaboración con las otras sedes institucionales, así como con instituciones en el entorno estatal y regional tanto nacional como internacional.
Juntos hemos de enfrentar un reto que tenemos en nuestra infraestructura: un nuevo espacio suficiente para albergar una biblioteca especializada en esta región, a los investigadores que son el sustento del quehacer del CIESAS, al personal administrativo y técnico cuya colaboración eficiente permite llevar a cabo las tareas sustantivas y, ahora, a nuestros estudiantes que son la apuesta a futuro por el CIESAS y la antropología mexicana.
En suma, de manera conjunta y con trabajo de equipo ahora bajo la conducción de su director regional Salomón Nahmad, debemos continuar en el camino iniciado hace veinte años, y reforzarlo a partir del trabajo serio, consistente y comprometido que ha caracterizado a la unidad y que le ha convertido en una parte imprescindible del CIESAS nacional y de la región del Pacífico sur en particular.
Si se continúa trabajando como se ha hecho hasta ahora, estoy segura que la visión que plantearon de la Unidad será una realidad:
“Constituirse en institución líder de la investigación básica y aplicada, la formación docente y la difusión del conocimiento en el estudio antropológico, histórico, etnohistórico y lingüístico de las sociedades multiétnicas de Mesoamérica en general y de los estados de Oaxaca y Guerrero en particular, a partir de una continua y creciente relación de intercambio con las otras unidades del ciesas ubicadas en el sur y sureste del país, así como con otras instituciones de investigación nacionales e internacionales, organizaciones sociales y comunidades étnicas ubicadas en nuestro territorio de presencia e incidencia.” (Formato de Planeación, Programación y Presupuesto, de la Unidad Pacífico Sur, agosto de 2007).
Dra. Virginia García Acosta
Directora General del CIESAS
Dentro de las actividades que la sede Pacífico Sur ha organizado para la celebración de sus primeras dos décadas, se encuentran una conferencia magistral que impartió la Dra. Virginia García Acosta, el pasado 14 de septiembre de 2007 en la Biblioteca Francisco de Burgoa del Centro Cultural Santo Domingo con el título “La perspectiva de la antropología mexicana en América Latina”; una exposición de libros, carteles, videos y fotos de trabajo de campo del CIESAS-Pacífico Sur, que se inauguró el 15 de septiembre de 2007 y terminó el 25 de ese mismo mes, y una reunión de investigadores para informar en torno a las actividades conmemorativas de los veinte años de la sede Pacífico Sur.
Para octubre de 2007 se tiene considerada la presentación del libro El pensamiento de los Binnigula’sa’: cosmovisión, religión y calendario, con especial referencia a los Binnizá, del investigador Víctor de la Cruz (CIESAS-Pacífico Sur), así como una conferencia magistral del Dr. Leonel Durán (director del Museo Nacional de las Culturas y ex director general del CIESAS) que lleva por título “Culturas populares y antropología social”. El programa de actividades conmemorativas del vigésimo aniversario de la creación del CIESAS-Pacífico Sur se extenderá hasta agosto de 2008. Para consultar horarios y actividades específicas sírvase ingresar a www.ciesas.edu.mx.
Conmemoración del XX
Aniversario de la sede Occidente del CIESAS
El 25 de septiembre de 2007 se llevó a cabo la celebración del XX aniversario del CIESAS-Occidente en las instalaciones de Av. España 1359, en Guadalajara, Jalisco. Allí los investigadores de esa sede se reunieron con autoridades del CIESAS y con dos investigadores ligados a esa unidad desde su origen, los doctores Bryan Roberts (Universidad de Texas en Austin) y Norman Long (Wayeningen Agricultural University) para rememorar la trayectoria de esa sede y reflexionar en torno a los futuros posibles para la antropología y las ciencias sociales. A continuación presentamos una versión del discurso del director regional de esa unidad, Dr. Gabriel Torres y un fragmento de la conferencia de la directora general del CIESAS, Dra. Virginia García Acosta que fueron pronunciados en esa oportunidad.
Somos parte o reflejo de un mundo global al que tenemos que explicar en nuestra cotidiana reflexión antropológica: Gabriel Torres
Casi tres millones y medio de horas dedicadas a la práctica de la reflexión social e histórica es un primer dato que nos permite calcular el monto del capital de trabajo y social acumulado en el transcurso de veinte años de trayectoria, por los veinticinco profesores investigadores del CIESAS-Occidente que han vivido la experiencia de ser miembros de esta comunidad epistémica y académica. Aunque con diversos tiempos de su incorporación a esta sede −ya que sólo seis han sido testigos de lo que fueron los inicios, otros tres se incorporaron en los primeros tiempos y una de ellas ya se nos fue este mismo año−, todos ellos, saben lo que significaba trabajar en condiciones precarias cercanas al hacinamiento y con instrumentos fundamentalmente manuales. El resto, como operarios relativamente recientes, también se han sumado a construir y apuntalar el desarrollo de esta comunidad. De esta manera, no sólo se administra un capital sino que se acrecienta hora por hora y día tras día, hasta que se ha podido traducir en cerca de cien proyectos de investigación desarrollados en el seno de las instalaciones del CIESAS-Occidente. Sin embargo, la historia que cargan en sus trayectorias los miembros de esta comunidad es mayor, puesto que se pueden contar cerca de ciento setenta experiencias de trabajo de campo e investigación de los actuales diecinueve investigadores.
Pero si se es comunidad ¿eso quiere decir uniformidad y hasta cierto grado endogamia? Como bien señala Henrietta L. Moore eso no cabe en el caso de los antropólogos y científicos sociales, quienes se distinguen por su pasión por la diferencia y la diversidad. Diversidad en las prácticas y formas de hacer la reflexión antropológica y de desarrollar el trabajo de investigación y docencia. En este sentido, no hay una antropología o ciencia social sino antropologías y diversas prácticas, aun en una pequeña comunidad como la nuestra. Pero ¿qué puede significar el capital acumulado en horas de reflexión? si en esencia toda práctica antropológica busca conocer la alteridad y el mundo, y así es como nos podemos conocer a nosotros mismos. Cabe preguntarse entonces, ¿cuáles son los valores y conocimientos que nos dan certeza y seguridad para ofrecer confianza a la sociedad que nos rodea y también a la más lejana? ¿Cómo estar seguros de que nuestros conocimientos serán conocimientos valiosos? Y eso aunque su producción sólo se pueda alcanzar en unas cuantas horas de esos millones de horas acumuladas.
En este sentido, por más que se nos dificulte transitar entre las prisas y ansiedades por tener que cumplir con los tiempos y exigencias de instancias superiores, el debate es otra vez la vía para rescatarnos de las sobrecargas y el sinsentido de la acumulación del trabajo. Pero hay que reconocer que a veces, esa condición termina por desalentar la posibilidad de debatir que enriquece y fortalece la diversidad que es la consejera que posibilita la tolerancia hacia nuevos consensos y la construcción comunitaria. Cuántas veces comentamos en los pasillos la imposibilidad de encontrar un tiempo mayor para debatir y cuánto nos lamentamos de tener que leer trabajos ajenos, sin poder retomar lecturas creativas que nos permitan relanzar los ánimos de investigar y debatir.
El abanico temático que trabajamos en el CIESAS-Occidente es muy vasto y me temo que deberá seguir en ese derrotero, que no se agota en las seis líneas de investigación en las que nos hemos organizado por más que las queramos tomar como un paraguas. Servirá de paliativo rotarlas para tener una mejor oferta ante una nueva generación de doctorantes en la docencia, que además nos facilite la actualización y reflexión periódica. Pero quizá haya una causa más profunda y eso se deba a que vivimos cada día más insertos en una sociedad que desde lo local es global y está sujeta a transformaciones que transcurren más rápidamente. También la rapidez permite ligar las cosas y aprender a resistir todas las atribuciones y desventajas que producen los poderes globales. De esa forma, la realidad no es única. Enfrentamos realidades múltiples que se nos revisten con ropajes de integralidad que las hacen más complejas y nos reclaman explicaciones holísticas. Por otra parte, si se sabe aprovechar las posibilidades que abre la rapidez de los medios y la comunicación, la creencia es que esas realidades deberán ser más accesibles. Esa rapidez ya nos tiene insertos en un mundo que es global y local al mismo tiempo, donde los actores sociales con los que interactuamos nos motivan a atrevernos con tipologías y acercamientos que suenan a herejías estadísticas. Pero algunos colegas han aprendido a resolver muy bien esa dificultad con etnoencuestas y otros procedimientos etnográficos que cada vez más nos demuestran, que lo que sucede en Tateposco se parece a lo de Pekín o California y nos lleva a comprender que nuestros temas de estudio dejaron de ser parroquiales y que, aunque no queramos, nuestra adscripción dejó de ser regional y ya por eso somos ciesas nacional, porque además somos parte o reflejo de un mundo global al que tenemos que explicar en nuestra cotidiana reflexión antropológica.
Seguiremos como comunidad reflexionando en muchos temas; quizá sea un mal necesario, aunque también responde a gustos y manías u otras formas de resistencia ante la uniformidad. No en vano, entre los proyectos de investigación y experiencias de trayectoria, al menos doce investigadores manejan dos o tres temas. No cabe duda que la resistencia se vigoriza cuando se enfrenta la perspectiva de que se nos encapsule en una especialidad cerrada o monotemática. La sociedad nos reclama más y más ir por la ruta de la interdisciplina, pero eso todavía está lejos para la mayoría de nosotros. De hecho, sólo seis miembros de esta comunidad lo asumen como estrategia y algunos simplemente lo hacen al interactuar con otros colegas y atender demandas de la gente, funcionarios e instituciones. El que cada investigador, tenga sus preferencias muy claras y esté adscrito a una línea de investigación les facilita interactuar con colegas y dialogar con estudiantes y otros investigadores asociados −al igual que con distintas teorías−. Esto que posibilita la organización académica, sin embargo, no resuelve y puede desmotivar la búsqueda de recursos y trascendencia en la investigación. Por eso prevalece el hecho de que la mayoría maneja dos o hasta tres temas de interés que transectan en una o dos líneas de investigación. Eso significa que aparte de la relación con distintos grupos sociales para mirar desde ahí al mundo que se estudia, se vuelve necesario conectarse a otras redes sociales y de investigación que nos llevan a otras comunidades y grupos de trabajo distintos a aquellos con los que hemos estado acostumbrados a convivir.
La mayoría de investigadores de esta comunidad suele trabajar más en la investigación que en la docencia, en estrecha relación con instituciones y grupos de trabajo. Dos de los investigadores logran incluir hasta seis instituciones en sus proyectos en un claro avance de la perspectiva interinstitucional, siendo varias de ellas extranjeras. Sin embargo, puede ser que la escasez presupuestaria esté desalentando aún más las posibilidades del trabajo interinstitucional y los intercambios de estudiantes y profesores. Esto significa un peso en contra que impide avanzar hacia una mayor movilidad, y no nos facilita el refrescar y airear ideas, discutir proyectos y resultados y volvernos más capaces para el diálogo y el debate. Desde hace varios años, se nos viene alentando a buscar fuentes alternas para pagar nuestra investigación. Sí hay avances a este respecto, porque se han logrado reiterar proyectos y conseguir espacios para estudiantes en varias instituciones. Es una novedad importante que al menos tres de nuestros colegas han logrado acceder a fondos privados para financiar su investigación y al menos otros tres lograron fondos internacionales (Banco Mundial, Fundación Ford, Fundación Hewlett, Wotro, Ministerio de Cooperación de Finlandia). La desgracia es que no contamos con financiamientos regularizados, ni condiciones que nos resuelvan la perspectiva ni siquiera de mediano plazo. Seguimos dependiendo de los fondos federales hasta en 80% y en gran parte del Conacyt.
Lo que vamos aprendiendo y conociendo de este mundo global-local, nos va posibilitando comprender quiénes son nuestros sujetos y cómo ganarnos con ellos espacios para hablar de sus otras culturas, incluyéndonos también a nosotros como parte de esa nueva construcción de conocimientos y repertorios culturales, una vez que se justifique porqué estamos ahí junto con ellos. Sabemos que también tenemos algo que decir mundialmente en la reflexión social y antropológica desde México. La epistemología y los procesos reflexivos no son asunto exclusivo de los ingleses o franceses, por más que nos lleven años de ventaja en la sistematización de sus ideas. La reflexión sobre la cultura y la alteridad, que constituyen el contenido central de la ciencia antropológica y social, está repleta de trampas o esquemas que pueden reproducir otras formas de colonialismo y que abría que desenmascarar día tras día. El énfasis en una reflexión que trate a la gente como actores capaces y profundamente conocedores de sus percepciones e intereses cotidianos, desde los muchos Méxicos que podemos conocer, nos puede llevar a repensar una antropología global y local desde México y nuestras regiones. Cabe recordar que si las ciencias sociales y la antropología se enfocan a entender a la gente y su socialidad, ese enfoque tarde o temprano nos llevará a comprender los problemas de largo plazo que se relacionan con las integraciones holísticas de la cultura. En esa tesitura se podrá replantear la discusión de las identidades y resolver la vieja cuestión del mestizaje y las diferencias que históricamente cargamos sobre nuestras espaldas con el vecino país del norte, de manera que se posibilite que haya patrias y matrias sin exclusiones, en el que los Méxicos reales tiendan a ser menos racistas y más democráticos y justos.
Dr. Gabriel Torres
Director Regional
CIESAS-Occidente
CIESAS-Occidente producto del
trabajo conjunto, comprometido y responsable de sus investigadores y trabajadores administrativos:
Virginia García Acosta.
La Unidad Occidente fue autorizada en la Junta de Gobierno de agosto de 1987 y comenzó a laborar en septiembre de ese año, con cuatro investigadores. En la actualidad cuenta con 19 investigadores, todos con doctorado y 18 están en el SNI.
A partir de los seis proyectos fundacionales que mencionara Guillermo de la Peña en su intervención, la Unidad Occidente maneja hoy un amplio abanico de temas y problemas en los proyectos de investigación que desarrolla. Desde los que realizan aportaciones a la ciencia básica hasta los que están directamente vinculados con las necesidades de la sociedad. Ambos tipos de investigaciones tienen grandes fortalezas y con mucha frecuencia simetrías que permiten conjugarse y complementarse.
En el ámbito docente, alberga dos programas de posgrado: el doctorado en ciencias sociales y la maestría en antropología social; ambos en el Programa de Posgrado de excelencia (hoy PNPC) del Conacyt y cuyos tesistas han sido premiados por su calidad.
Sin duda, la Unidad Occidente es un referente obligado en el trabajo antropológico de excelencia en la región; esta posición es reconocida tanto por instituciones académicas, como gubernamentales y de la sociedad civil, nacionales e internacionales. Muestra de ello, son los proyectos con financiamiento externo que están desarrollando actualmente sus investigadores con apoyo de dependencias y organizaciones como la Fundación Ford, la Fundación Willian and Flora Hewlett, la Secretaría de Educación Pública, el Conacyt y el Coneval, en temas como educación, religión, antropología económica, sistemas agroalimentarios y etnohistoria. Así, sin abandonar el objetivo que le dio origen, la Unidad Occidente ha respondido a su responsabilidad científica pero también social.
Lo que ha llegado a ser la Unidad Occidente, sus logros y avances, ha sido producto del trabajo conjunto, comprometido y responsable de los investigadores y trabajadores administrativos que han pasado por la Unidad, bajo la conducción de quienes han antecedido al doctor Gabriel Torres en la dirección regional: Susan Street, Agustín Escobar, Patricia Safa, y Guillermo de la Peña.
El CIESAS Occidente tiene retos por delante en materia de investigación y formación, en colaboración con las otras seis sedes institucionales, así como con instituciones en el entorno estatal y regional tanto nacional como internacional:
* Reforzar algunas líneas de investigación y buscar la consolidación de las más sólidas; las que convergen y, si es necesario, rotarlas, en la búsqueda de dar respuesta a temáticas prioritarias de la región
* Desarrollar proyectos, que desde la Unidad, tengan impacto regional y trasciendan las fronteras estatales con un enfoque comparativo y alcance internacional.
* Continuar la vinculación investigación-docencia en el marco del nuevo reglamento de docencia.
* Continuar con la vinculación con el entorno regional e internacional que han constituido el paso hacia la conformación de proyectos de mayor envergadura interinstitucionales y multidisciplinarios.
* Vinculación con los posgrados que tienen líneas similares a los de Occidente para reforzar la articulación nacional de la Institución.
Juntos hemos de enfrentar un reto que tenemos en nuestra infraestructura: construir un nuevo espacio suficiente para albergar las instalaciones de la Unidad en el terreno denominado El Tigre. El CIESAS Occidente se merece una infraestructura adecuada y, finalmente, de manera conjunta y con trabajo de equipo, ahora bajo la conducción de su director regional Gabriel Torres, debemos continuar en el camino iniciado hace veinte años, reforzado a partir del trabajo comprometido que ha caracterizado al CIESAS Occidente.
Aprovechemos las reflexiones de este XX aniversario, y del XXXV que cumplirá el CIESAS en 2008, para revisar el estado actual y los desafíos que la institución deberá enfrentar a escala nacional.
Dra. Virginia García Acosta
Directora General del CIESAS
Las reflexiones que compartieron los doctores Norman Long y Bryan Roberts, investigadores que han mantenido una gran cercanía a la sede Occidente desde sus orígenes, así como las de la Dra. Teresa Rojas Rabiela, investigadora del CIESAS y ex directora general de 1990 a 1996, constituyen sin duda aportes muy importantes para revisar el devenir de las ciencias sociales en México en general y del CIESAS nacional y su sede Occidente en particular.
Las actividades académicas conmemorativas del XX aniversario del CIESAS-Occidente contemplan, entre otras, una mesa redonda sobre La Antropología y el Conocimiento Científico de las Políticas Públicas, cuatro coloquios, uno titulado La Democracia en México; el segundo llevará por título Las Indianidades Hoy; el tercero Cultura Escrita; y el cuarto Sustentabilidad y Medio Ambiente. Además un encuentro con investigadores del CIESAS, el CEMCA y el IRD sobre Experiencas de Cooperación en Ciencias Sociales, Colombia-México. Debates alrededor de las identidades y nuevas prácticas de poder; y una exposición fotográfica dedicada a la memoria de la investigadora Carmen Castañeda, académica del CIESAS-Occidente, quien falleciera recientemente. Para mayor información, consultar el sitio web del CIESAS www.ciesas.edu.mx.
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