VI Congreso Chileno de Antropología

La presente reseña tiene dos objetivos: el primero es recordar a un destacado antropólogo y querido colega, el segundo dar cuenta de la importancia que desde el Sur se le está dando a la antropología médica.
Entre el 13 y 17 de noviembre concurrí al VI Congreso Chileno de Antropología, realizado en la ciudad de Valdivia. El evento titulado Antropología Aquí: Miradas desde el Sur fue convocado, como cada tres años, por el Colegio de Antropólogos de Chile y llevado a cabo en la Universidad Austral.
Durante la apertura del congreso se hizo un merecido homenaje al Profesor Edgardo Garbulsky, docente de la Escuela de Antropología de la Universidad Nacional de Rosario (Argentina) fallecido en junio de este año. Edgardo, quien fue docente en Concepción (Chile) antes del golpe militar a Allende y sufrió la tortura y encarcelamiento hasta que pudo regresar a Rosario, participaba activamente de los congresos chilenos de antropología junto a Rodrigo Sepúlveda en el Simposio de Antropología crítica. Sin duda, el recuerdo y las enseñanzas de Edgardo Garbulsky perdurarán entre nosotros. Uno de los últimos proyectos que realizó Edgardo junto a otros colegas fue relanzar una vieja idea inconclusa, la de mirar y pensar la antropología desde y en América Latina, producto de ello fue el Primer Congreso de la Asociación Latinoamericana de Antropología (ALA, Rosario, Argentina, 2005). Sus esfuerzos rendirán sus frutos en el segundo congreso ala a realizarse el próximo año en Costa Rica y para el cual ya venía trabajando hasta que la muerte lo sorprendió.
En los diecinueve simposios del congreso Chileno se abordaron temas como: Memoria, derechos humanos y ciencias humanas; Pueblos indígenas, autonomía y educación; Pensar nuestras ciudades desde la antropología urbana; Antropología rural; Etnografías: la reivindicación de la antropología; Antropología del turismo en Chile; Antropología histórica de los márgenes de América; Antropología del desarrollo; Patrimonio, identidad y memoria, entre otros. Sería imposible dar cuenta de ellos, sólo me voy a dedicar a reseñar los dos simposios en los que participé y que tuvieron que ver con la problemática de la salud y la enfermedad.
El simposio Antropología Médica: Lo Uno-Lo Múltiple fue coordinado por la Dra. Mónica Weisner en tanto el simposio Antropología, Salud y Calidad de Vida fue coordinado por el Dr. Ricardo Oyarzún, la Dra. Ana María Oyarce y la Dra. Margarita Sáez.
En total fueron treinta y cuatro trabajos presentados en ambos simposios que reunieron a profesionales de Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela y México. En otros simposios también se presentaron temáticas relacionadas con la salud lo que da cuenta de la relevancia que tiene la antropología médica en América Latina.
La salud intercultural fue sin duda unos de los ejes más debatidos y fue útil para comparar realidades. Dentro de esta área de estudio escuchamos tanto la propuesta de una “Epidemiología Intercultural en el desarrollo de modelos interculturales de salud en la región de La Araucanía” (Cabellos y Quitral) como las “Estrategias metodológicas para la capacitación en salud intercultural en agentes de salud que trabajan con personas del pueblo mapuche” que buscan la toma de conciencia de las lógicas culturales que operan en los comportamientos de sujetos étnica y socialmente diferenciados (Aubel y Morales). El trabajo de Arias, en cambio, da cuenta del punto de vista mapuche respecto de los significados de bienestar y calidad de vida de mapuches habitantes de ciudades y de la necesidad de mediciones e intervenciones planificadas con categorías diseñadas “desde dentro” y no impuestas por investigadores o planificadores.
En relación con la problemática del VIH/SIDA en pueblos originarios, Alexandra Obach presentó algunos resultados del “Estudio de caracterización de los factores de riesgo y vulnerabilidad frente al VIH/SIDA en las etnias aymará, mapuche y rapanui”. La ponente destacó la particular vulnerabilidad de esos grupos debido a las condiciones de desigualdad que enfrentan marcadas por la pobreza, las inequidades de género, los movimientos poblacionales, la forma en que perciben y simbolizan el virus, la baja percepción de riesgo y la idea de que se trata de una enfermedad de los “otros”. Carolina Leonardini, presentó las relaciones entre la cultura Rapa Nui y la influencia de la concepción médica impuesta por Chile para comprender la interpretación intercultural de la salud, la enfermedad y particularmente el significado que tiene el SIDA para la población pascuense. Posiblemente porque todavía no existen casos de infección reportados en la isla el SIDA es considerado una amenaza menor por los habitantes de la Isla de Pascua, quienes rechazan la información preventiva que proviene de las campañas diseñadas por el nivel central de Chile, exigen mayor participación ciudadana y la inclusión de sus propias normas y creencias. Mariela Cortés, hizo hincapié en la necesidad de establecer estrategias de Información, educación y comunicación (IEC) con pertinencia cultural en la prevención y atención del VIH/SIDA mostrando algunos de los materiales educativos realizados por jóvenes mapuches, rapa nui y aymarás.
En relación con la salud mental y de forma particular para el caso de la depresión, la presentación de Oyarce explora la fenomenología y dimensiones culturales de esta enfermedad a partir de un estudio cualitativo con mujeres mapuches. La autora plantea que sólo atendiendo a una perspectiva interdisciplinaria, intercultural e integral se podrá comprender y atender la depresión en la población mapuche de un modo que permita una atención pertinente y efectiva. García y Saal, en tanto, intentan comprender las divergencias y convergencias discursivas sobre los procesos etiológicos y terapéuticos que sustenta la población mapuche y los psicólogos y psiquiatras en el área urbana de la ciudad de Neuquén (Argentina). Por mi parte, mi ponencia trató sobre los aportes de la antropología médica en los procesos de capacitación a personal sanitario que atiende en contextos pluriétnicos. Especial énfasis otorgué a la recuperación por parte de nuestra disciplina de ciertas premisas, teorías y enfoques de la etnopsiquiatría y la etnopsicología para atender problemas de salud mental como el alcoholismo y la alcoholización, el susto y la pérdida del alma, frecuentemente subestimados, descalificados y desatendidos por los médicos que trabajan con población indígena.
La salud sexual y reproductiva también fue el objeto de distintas presentaciones. Dos trabajos abordaron los desencuentros y discrepancias entre prestadores de servicios y usuarias/os. Mientras Lorena Nuñez examina este problema entre mujeres migrantes peruanas en el sistema de salud público chileno para el caso de la anticoncepción; Diana Reartes y Carlos Echarri analizan el punto de vista de un conjunto de médicos, enfermeras y trabajadores sociales respecto de las necesidades de salud reproductiva que presentan mujeres, varones y jóvenes habitantes de sectores marginales de la ciudad de México así como las principales dificultades que tienen estos profesionales para satisfacer estas necesidades. Por su parte, Mónica Weisner trató de los diferentes modelos conceptuales que han intentado explicar los complejos mecanismos que operan en el proceso de aborto y la multideterminación de los factores que inciden en él, tornándolo como el asunto político, legal y moralmente más sancionado y controvertido en Chile. El cáncer de próstata y el cáncer de mama fueron el objeto de las intervenciones de Carrero y Oyarzún, respectivamente. El primero analiza las transformaciones en la masculinidad y la imagen corporal operadas en varones diagnosticados en fase terminal. El segundo, critica la perspectiva fragmentaria de la biomedicina en relación con el cuerpo y cómo ésta condiciona una percepción distorsionada de la autoimagen del cuerpo de pacientes con mastectomía.
Por último cabe resaltar la participación entusiasta y crítica de jóvenes estudiantes o recién egresados que presentaron investigaciones sobre: la inclusión de medicinas complementarias en el sistema público de salud chileno (Angel Soto), las experiencias chilenas de sanación pentescotales en Arica, en el norte del país (Rosa Andrade), la apropiación del yoga (Sainar) y la reflexología en Buenos Aires (Bordes) entre otros.
Especial atención ocupó la convocatoria de la Dra. Mónica Weisner para construir una red de Antropología Médica, cuestión que desde el Congreso de Rosario, Argentina, veníamos planteando como una necesidad impostergable. Formalmente se dieron los primeros pasos para construir la Red Chilena de Antropología Médica, que al igual que la Red Mexicana serán el soporte para que, en el Congreso de Costa Rica del año próximo (ALA II), se dé impulso a la Red de Redes en Antropología Médica en América Latina.

Dr. Sergio Lerín Piñón (CIESAS-DF)
leps@ciesas.edu.mx
y Dra. Diana Reartes (CIESAS-Sureste)

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